
La jugada más espectacular, cuya belleza aún no ha sido superada en el mundo del ajedrez
Frank Marshall fue uno de los grandes jugadores del ajedrez y culpable de la jugada de oro más espectacular de la historia. Por lo menos así la consideran mucho. Marshall, aunque no consiguió el título mundial tuvo sobrados atributos para conseguirlo. No solo fue un buen jugador, sino que un ser humano evadido de envidias y egoísmos. Baste el ejemplo de su relación con Capablanca, quien luego de derrotarlo en un match, en 1909, pudo participar en el torneo de San Sebastián solo gracias a la intervención de Marshall a su favor. Y no por gusto, pues Capablanca pasó a la fama luego de ganar allí.
La jugada espectacular: blancas Stepan Levitsky, negras Frank Marshall. Partida de un match jugado en Breslau, 1912. Pese al movimiento final de las negras (Marshall), un espectacular sacrificio de Dama, hubo otro detalle externo que hizo famoso el lance, pues tras este paso, bastó el corto análisis de los espectadores para entender el increíble movimiento, y entonces una lluvia de monedas de oro cayó sobre el tablero. Levitsky se rindió inmediatamente.
En el diagrama de la posición, luego de que las blancas (Levitsky) jugaran Tc5 para amenazar la dama en c3. La última jugada de la partida fue Dg3, de las negras.
Entre la labor deportiva y humana de Marshall estuvo dirigir el equipo de ajedrez estadounidense en sus tiempos más brillantes. Consiguió cuatro medallas doradas en la misma cantidad de encuentros, jamás el equipo norteamericano a logrado algo semejante. Marshall fue campeón de Estados Unidos por 27 años.
Tuvo récord en su tiempo al jugar una simultánea contra 155 opositores, de las que ganó 126 y perdió solo 8. Fundó el que en su tiempo fue y es hoy uno de los clubes de ajedrez más famosos del mundo: el club Marshall. Fue un gran jugador por correspondencia. Hizo aportaciones fundamentales a la teoría, como son la peligrosa variante Marshall a la apertura española (sin embargo, probada sin suerte por primera vez contra Capablanca) y el gambito Marshall. Lasker, Tarrasch, Alekhine, Capablanca y Marshall fueron los primeros en ostentar el título de Gran Maestro. Lo recibieron de manos del Zar Nicolás II.
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