Casos resueltos del mal de amores.
El juego de Onetti es una selección de casos resueltos por el reivindicator Roger Montero. En estas páginas hace bajar de la órbita terrestre a un cosmonauta en misión, busca para un coronel su amada yegua, dará los primeros pasos junto a Camino Aguasvivas para la fundación de un burdel y una funeraria, salvará a un hombre caído en la trampa de ese peligroso juego de Onetti, resolverá un caso al margen del ancestral arte de caerse de culo.
Los textos que conforman este breviario, este manual, hacen una pequeña pero acuciosa búsqueda de la verdad de la condición humana puesta bajo la disyuntiva de conservar la moral o el amor. Pero los asuntos de la ética que tanto preocupan a la humanidad no parecen afectar a Roger Montero; o tal vez sí, y ponga por encima de todo principio su más alto deber desde los tiempos en que el Padre Shoon, famoso fundador de la Orden de los Reivindicator, intervino para resolver los amores entre Enrique II de Inglaterra y Rosamund Clifford. Eso es lo que han hecho muchos desde entonces y hace hoy Roger Montero: cumplir la misión de devolver el amor a quienes solicitan sus servicios.
El juego de Onetti pretende agrupar las primeras confesiones que me hizo Roger Montero, un miembro de la Orden de los Reivindicator, a quien tuve el insuficiente placer de entrevistar durante varias jornadas. Como es el primer libro, y por error editorial no se incluyó una explicación clara de esta poco conocida hermandad, más que hablar de mi pretencioso entrevistado o de sus aventuras plagadas de inexactitudes y falacias, de hazañas increíbles, disparos a muerte, veneno de serpientes, coroneles, yeguas y mujeres hermosas, prefiero hacer una breve introducción de la hermandad a la que –según él- pertenece.
Recomendamos la lectura
Puede leer el resumen completo de un caso resuelto por el reivindicator Roger Montero. Se llama El burdel al revés.
El origen de la Orden de los reivindicator
El origen de la Orden de los Reivindicator, o al menos se comenzó a llamar así a los practicantes de un oficio retribuido, está relacionado con el conocimiento carnal que en la primera noche de matrimonio solían tener los señores feudales con las lozanas esposas de sus siervos. Lo que hoy conocemos como derecho de pernada, en realidad fue una práctica ampliamente difundida por la Europa medieval, aunque no estuvo contemplada en el derecho canónico. En el marco entre la ilegalidad y la costumbre moral de aquellos tiempos surgieron los reivindicator.
Fueron en un principio hidalgos de no muchos recursos, segundos y terceros hijos de gente bien pero sin derecho a herencia e incluso clérigos, como es el caso del padre Shoon, de quien sabemos hoy su protagonismo en la resolución de los amores entre Enrique II de Inglaterra y Rosamund Clifford, y cómo impidió gracias a sus argucias de reivindicator, el éxito de los varios intentos de asesinatos que doña Leonor de Aquitania concibió para quitarse del camino una rival de belleza inigualable.
Es conocido que en sus inicios, allá por 1170 y en la ciudad irlandesa de Waterford, los reivindicator se dedicaban a hacer cumplir el derecho de sus amos a refocilarse con las jóvenes campesinas de su localidad. Los señores reclamaban para sí la primera noche de las esposas jóvenes o en cambio el pago de un rescate, pero era una costumbre inmoral, y cada vez más censurada; por eso la Orden de los Reivindicator comenzó su labor, desarrollando cada vez más sus técnicas y argucias hasta crear una serie de escuelas donde se transmitía el conocimiento de las técnicas para la cura del mal de amores del modo más efectivo, para resolver los casos extremos de amores imposibles.
Una de las normas seguidas en aquel tiempo, aunque ya en desuso, fue el carácter monástico y secreto de la Orden. Rastrear los servicios prestados en esa época ha sido engorroso para los historiadores; sin embargo, algunas pruebas apuntan a la estrecha relación de los reivindicator con la familia Plantagenet en Inglaterra y los amores secretos de Fernando el Católico, por inexactitud relacionados con la mosca española. Hubo entonces un periodo de oscurecimiento, de ocultación, debido a que la Santa Sede tachó la Orden de inmoral y la inquisición los persiguió con saña.
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Los reivindicator en la era moderna
A medida que el mundo fue entrando en la época moderna, cada vez más los servicios prestados por la Orden de los Reivindicator estuvieron al alcance de la nueva burguesía.
Recibieron encargos bien remunerados de viudos banqueros a la espera de casarse con mujeres de la aristocracia, o por el contrario, marquesas enfrentadas en rivalidades por el amor de un joven poeta. Fue exagerado en los periódicos la actuación de Ángel del Carro Bendido, un reivindicator de segunda categoría, en la resolución de los amores entre una joven portuguesa y un hacendado de Antofagasta.
El caso resonó debido a las condiciones de trabajo. Ángel del Carro Bendito tuvo que cruzar ochenta y dos veces el océano y demoró treinta años en matar el mal de amores del hacendado. Luego se demostró la chapuza por una cuestión de fechas. El hacendado de Antofagasta terminó engañado al casarse con una prostituta contratada a propósito. La joven portuguesa nunca había existido.
Con la Revolución Francesa comenzaron a surgir escuelas y variantes de la Orden, donde los conocimientos tomaron un carácter competitivo. Es conocido el hecho de que varios de ellos participaron en la vanguardia del ejército napoleónico durante la campaña de Rusia en 1812.
No hubo desde entonces muchos líderes que no contaran con los servicios de un reivindicator, se hicieron tan necesarios como el peluquero o el boticario.
Roger Montero publicita sus servicios
Agradezco esta posibilidad de hablar de mí; aunque en ocasiones El juego de Onetti no sea consecuente ni dé la imagen que merezco
Cierto es que aún hoy muchos se abstienen de contratar nuestros servicios, pues ven el amor como algo privado entre dos personas. Es una idea falsa a la que nos hemos enfrentado por los siglos de los siglos. Ofrecemos un servicio claro, de calidad y con garantías.
No elegimos por usted, sólo hacemos posible lo que en ocasiones, ilusión también, parece superar a nuestras virtudes. Si cree imposible resolver el amor de su vida con la persona deseada, entonces contrate nuestros servicios. No tendrá que ocuparse de nada, salvo de pagar, y esa persona terminará a su lado. También hacemos otros trabajos relacionados siempre con el arte de amar.
¿Qué opinan los personajes?
Testimonio de algunos de los clientes del reivindicator en casos tratados en este libro.
Contratamos los servicios de un reivindicator para garantizar el éxito de nuestro burdel en su lanzamiento. Estamos contentos, excepto en un aspecto, él debía morir, pero casi no lo hizo.
Camino Aguasvivas
El burdel al revésReivindicator… eso parece un nombre de buitre. Buscó la yegua de mi coronel, eso sí, pero faltó poco para que el patrón nos volara la cabeza a todos. Luego de conocerlo creo que ser pobre para no necesitarlo es una bendición.
Francisca
La yegua del coronelFui a ver a Roger Montero, el reivindicator, para que evitara el suicidio de mi padre. Ya Segovia von Hernández le había mandado la tercera foto y luego de eso no quiso más que matarla o morirse él.