A veces pienso que si mi amigo Macho Molina hubiera sabido que aquel perro bebía ron no lo hubiéramos cambiado por un saco de harina para reparar los asientos de La Esperanza Verde. En aquellos tiempos íbamos todas las tardes a Cienfuegos y de vuelta parábamos en Palmira para vivir aventuras como la que contamos
Crónicas
- « Ir a la página anterior
- Ir a la página 1
- Páginas intermedias omitidas …
- Ir a la página 3
- Ir a la página 4
- Ir a la página 5