Se escuchó hablar de Hallaton en el año 2000, debido al hallazgo de un buen puñado de monedas. Tanto este pueblo como las villas vecinas son visitadas de vez en cuando por los amantes de las aves y entusiastas de las caminatas; pero el pequeño pueblo de Inglaterra, con apenas seiscientos habitantes, debió haber pasado a la memoria colectiva mucho antes, gracias al Bottle-kicking, un deporte exclusivo de la aldea y por cierto violento.
Un juego de un día, el Lunes de Pascua, donde se echa por tierra la serenidad pastoril de los 364 días anteriores. Sólo una regla tiene este partido donde no es difícil ver brazos y piernas rotas: no llevar armas. Ya vimos algo parecido con el Royal Shrovetide
Es el deporte de un día, de un lugar y de una sola regla. Hace más de doscientos años que se compite en este deporte y sólo una vez en todo este tiempo ha sido interrumpido: en el año 2001 a causa de las restricciones impuestas por la fiebre aftosa.

Las primeras huellas del Bottle-kicking se pueden rastrear a finales del siglo XVIII, pero dentro de los pobladores de Hallaton, la costumbre es pensar que sus raíces se remontan a tiempos antes de Cristo, a ciertas ofrendas paganas. La creencia popular también explica que el juego surgió cuando dos damas fueron atacadas por un toro furioso y se salvaron gracias a la providencial aparición de una liebre. El toro se entretuvo con esta y las damas entregaron dinero a su pastor bajo la condición de que cada Lunes de Pascua se entregara a los pobres una limosna consistente en un pastel, doce panecillos y dos barriles de cerveza.
Así fue, pero uno de estos lunes los vecinos de Medbourne robaron la cerveza. Los habitantes de Hallaton, entonces, se unieron para recuperar aquellos barriles. Real o no, cierto es que existe una rivalidad ancestral entre ambos pueblos vecinos.
Cómo se juega el Bottle-kicking
Todo empieza con un desfile donde un caballero vestido a la usanza medieval y con una vara rematada en una liebre verde de metal es acompañado por una dama. Dos chicas cargan el pastel, detrás mucha gente y tres hombres, cada uno con un pequeño barril en lo alto, luego la orquesta con gaitas.
Cuando la comitiva llega al prado entre los dos pueblos rivales, el pastel y los panecillos son cortados y lanzados al público. Entonces ya todo estará listo para la función.
El juego implica dos equipos, uno pertenece a la villa de Hallaton y el otro a Medbourne. Nadie lo va a echar si usted quiere unirse, aunque no se lo aconsejo porque es evidente que en situaciones como a las que se llega a veces sólo un conocido te echa una mano.
La estrategia no puede ser más sencilla, cada pueblo se separa del prado por un arroyo, todo consiste en llevar a la fuerza los barriles de cerveza ya sea al arroyo de un pueblo o al otro. Tres barriles, tres puntos. Gana el pueblo que resulte vencedor en dos intentos.
Por supuesto que la fama se ha extendido a los pueblos vecinos y al turismo nacional. Este deporte de un día suele reunir en el prado entre las dos villas a más de diez mil personas. Algo más que el total de la población aledaña.